sábado, 15 de diciembre de 2012

¡Y ya son 53 años...coño! por Juan Antonio Rodríguez Menier


¡Y ya son 53 años...coño!

¿Por qué el Castrismo se ha mantenido tanto tiempo en el poder? Ha sido atacado militar, económica y socialmente por casi todos los poderosos países llamados “occidentales”. Ha tenido que luchar a brazo partido militarmente con la oposición interna y externa durante los primeros 8 años de gobierno. No ha salido de una crisis económica sino para entrar en otra, todas graves y algunas gravísimas. Las ciudades se han ido destruyendo poco a poco hasta ser un muy pálido reflejo de lo que fueron. El gobierno Castrista no ha cumplido ni una sola de las promesas que hizo cuando luchaba por el poder ni las que hizo en los dos primeros años posteriores a su triunfo. ¿Cómo ha podido sobrevivir?

Como todos los asuntos concernientes a La Condición Humana no tiene una sola respuesta, no ha sido por un solo factor. Una de las principales razones ha sido que su principal y más poderoso enemigo, Los Estados Unidos, no han entendido ni la psiquis de los distintos sectores cubanos, ni las coyunturas sociales cubanas, ni la correlación de fuerzas mundialmente, ni el sentir internacional.

No vamos ha “historiar” este problema, para eso están los “cubanólogos” que abundan bastantes. El propósito de este breve artículo es iniciar una meditación entre  los cerebros pensantes interesados en este asunto, con el ánimo de que se intente limitar los efectos dañinos del Castrismo. No es porque una nación del tercer mundo que el Castrismo ha soñado con hacerla pertenecer al primer mundo sea importante, que lo es, sino porque es hora ya de que tomemos la iniciativa, aunque sea tardíamente. Confieso que lo he intentado varias veces y siempre he fracasado, por lo que no soy nada optimista.

El primer paso es convencerse de que el pueblo cubano no quiere derrotar al Castrismo, aunque casi nadie lo apoya realmente. Cada sector social tiene sus razones, pero todos coinciden en que es mejor emigrar para vivir mejor, o tener familia y amigos emigrados que les ayuden económicamente, que enfrentarse con el Castrismo. Razonan los más ilustrados que en ese enfrentamiento no hay ninguna seguridad de vencer y que pueden terminar en la cárcel, nada placentero, o pueden perder la vida. Si vencen, heredaran la grave problemática socio-política-económica del Castrismo, creyendo que no hay solución para ella. El resto del pueblo intuitivamente apoya estos razonamientos. Todo el esfuerzo humano y material que se invierta con la idea de ayudar al pueblo cubano a liberarse del yugo Castrista solamente sirve para engordar las cuentas bancarias de algunos intereses, inclusive del propio Castrismo. Esos intereses no tienen ningún deseo de que el pueblo cubano se libere porque pierden sus entradas económicas. 

Una vieja amiga que reside en La Habana, figura de cierta relevancia dentro de la disidencia, me ha insistido varias veces que ha organizado un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, que están dispuestos a luchar, pero que no saben “como” y que necesitan “recursos” para pasar a la acción. No le he contestado ninguna de sus peticiones porque cuando nosotros iniciamos la lucha contra la dictadura Batistiana sabíamos cómo hacerlo y buscamos los recursos. Evidentemente, era una tentativa de penetrarme de la Contrainteligencia cubana. 

Otro viejo amigo, camarada de armas, hace años despedido de su trabajo, trató de hacerme creer que quería “vender información importante”. Fue tan burdo este intento de infiltrarme, que se le olvidó al oficial de la Contrainteligencia cubana tomar en consideración la información que mi viejo amigo y yo habíamos compartido cuando yo estaba en Cuba. 

Expongo estos dos ejemplos solamente, aunque tengo otros, porque ilustran que la manera de combatir al Castrismo no es esa. Hay que olvidarse de lo que se ha hecho contra el Castrismo, que ha sido un fracaso total, y empezar de nuevo desde otra variante. Los cubanos, tanto isleños como exiliados, han cambiado. La coyuntura mundial también. Seguir con los viejos métodos es hacerle el juego al Castrismo. En estos momentos existe excelentes oportunidades: la comunicación directa con los cubanos de la isla es más fácil y lo será más aun. Muy importante: hay una considerable cantidad de cubanos que están en otros países con el permiso del Castrismo, por lo que pueden regresar a Cuba cuando terminen su estancia en el extranjero. La comunicación cara a cara con estos cubanos pudiera ser decisiva para la derrota del Castrismo basado en la explicación de la realidad mundial y en la posibilidad del mejoramiento socioeconómico de los mismos sin que tengan la necesidad de emigrar definitivamente. La élite cubana razona si tiene confianza en su interlocutor.
Juan Antonio Rodríguez Menier.   

1 comentario:

Unknown dijo...

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